martes, 15 de junio de 2010

DE HIPÓCRITAS


CARAJICOMEDIA

María Luisa Arnaiz Sánchez

Hortus deliciarum

   La “Carajicomedia”, título que hace referencia a la “Tragicomedia de Calisto y Melibea” se dio a conocer en 1519 en Valencia formando parte del “Cancionero de obras de burlas provocantes a risa”. El texto, del que solo se ha conservado un ejemplar que se halla en el Museo Británico, anticipa su autoría y su contenido: “Despues quel… fray bugeo montesino dio fin a la obra…Prosigue fray Juan de hempudia…Contemos…La muerte del carajo de diego fajardo…”. Ahora bien, respecto de los nombres mencionados, es evidente que se trata de seudónimos, bien del autor, bien del compilador, continuando velado hasta hoy el auténtico escritor oculto tras ellos.

“Sexo y erotismo: Roma en Hispania”. 
Museo Arqueológico de Murcia

     Como se explicita, versa sobre la impotencia de Diego Fajardo, a cuya cura dedica toda una peregrinación por los burdeles de España (de la copla 93 a la 117 se relata la muerte de su carajo), siendo por tanto la prostitución y la impotencia los dos ejes sobre los que se estructura el entramado de la composición, entretejidos, eso sí, con abundantes obscenidades y escaso erotismo. Los versos siempre se acompañan de una glosa que amplifica los datos suministrados por el cínico y falso “comentarista” de los mismos.

Hic habitat felicitas (Icono de los burdeles romanos)

“Sexo y erotismo: Roma en Hispania”. 
Museo Arqueológico de Murcia



Burdel del siglo XV

   El texto apunta que “Diego Fajardo fue un caballero de Guadalajara, de noble linaje…Del cual afirma una gran puta vieja…que fue su partera, que nació la lengua sacada y…arrecho (en erección) siendo ya venido a la vejez…sentado en una silla, continuamente le veían con el miembro en la mano izquierda, y la derecha abierta, llena de cuartos… mandó…que, muerto su carajo, fuesse llevado al Coliseo de Romaquedando el pobre Fajardo en la cama, donde oy en día permanece. Y, para su consolación, este breve tratado le fue compuesto…”

 
Erotikon. Época tolemaica

   Aparte de contener un elenco de las putas españolas de la época, la obra encierra, entre otras cosas, una denuncia, claro que se trata del tipo de denuncia que se da siempre que la libertad se ve restringida o suprimida, porque lo que se deja entrever en algún que otro pasaje de forma encubierta es que la reina Isabel la Católica fue la gran puta que patrocinó la PROSTITUCIÓN (otra manifestación más para su desdoro junto a la Nueva Inquisición y a la expulsión de los judíos), por lo que de paso se la denigra con chocarrerías, dada su “real” intangibilidad. 

Pene…trando

   Está documentado que la reina Isabel autorizó este comercio para evitar el pecado de bestialidad y el pecado nefando, así como por el bien de las costumbres. Sin embargo, a tenor de lo que prescribía una orden publicada en 1527, muerta ya la reina, las costumbres seguían el curso de siempre: “Todas las concubinas … y en particular las de los eclesiásticos y las mujeres de costumbres sospechosas o escandalosas, no podrán llevar vestidos largos, ni velos, ni prenda alguna que las asemeje a las mujeres honestas. La misma prohibición alcanza a las mujeres públicas que corren el mundo”.

“Sexo y erotismo: Roma en Hispania”. 
Museo Arqueológico Murcia

   Baste indicar no solo que el protagonista de la  "Carajicomedia" había heredado una regalía que le proporcionaba grandes beneficios (los Reyes Católicos habían concedido a su padre en 1486 el privilegio de instalar mancebías en Sevilla, Málaga, Marbella, Ronda, Alhama y Loja; más tarde en Granada, Almuñécar, Guadix, Vélez-Málaga, Baza, Almería, etc.), sino que el propio heredero de la corona, el malogrado príncipe Juan, también se lo había concedido a su amigo García de Albarrátegui para que estableciera una en Salamanca, que le rentaba unos cien mil maravedíes al año, además de los quince mil que obtenía el concejo y los siete mil que se llevaba el “padre-putas”. (A modo de comparación considérese que los reyes ajustaron con Alonso Fernández de Lugo en setecientos mil maravedíes el conquistar en un año la isla de La Palma. Era 1492)


Mancebía restringida a las putas de “marca mayor”

   Si bien Carlos Varo defiende que la obra contiene una crítica soterrada hacia Isabel la Católica, habiendo indagado también en esa dirección Mª Eugenia Díaz, Álvaro Alonso discrepa abiertamente de ellos porque cree que en el texto apenas se vierten dos chistes sobre la reina. Bajo mi punto de vista, al igual que la monarquía se beneficia hoy de un pacto de silencio tácito de los medios de comunicación, por el que ninguno emite juicios ni difunde imágenes inconvenientes de la misma, un sagaz escritor pudo dar cabida en la "Carajicomedia" al tipo de censura que aparece en períodos de autocracia, criticando lo que era inoportuno expresar pero fácil de descifrar entre líneas (¿cuántos leían entonces?), e introdujo en el repertorio de putas a la propia reina, que era el objetivo mayor de su misógina sátira burlesca (¿sería esto la causa de la desaparición de la obra?).

COPLA XXXIIII

De misiones
 
[…] La Napolitana fue ramera cortesana, muy nombrada persona y muy gruessa. Su “aquilonal” s´entiende por la rabadilla, que tenía muy hundida, y tan grande como una gran canal de agua. Agora en día se muestra su persona casada con un moço d’espuelas de la Reina doña Isabel. A esta muger conocí yo muy bien. Autora es d´esto toda la corte española. Esta es una de las nueve de la fama. […]
(‘Rabadilla’, órgano sexual femenino).

   Salvada la audacia de mencionar expresamente a Isabel I, varias son las coincidencias entre la puta y la reina: primero, el apodo de la puta alude a que la Católica tenía el título de reina de Nápoles; segundo, ambas son gruesas (“de caderas” se decía de Isabel); y, tercero, las dos tienen maridos que ni pintiparados pues Fernando, llamado con urgencia para casarse sin tener la dispensa papal, llegó a Valladolid en 1469 disfrazado de mozo de espuelas. Es más, la premeditada ambigüedad empleada en “a esta muger conocí yo muy bien” sugiere que el glosador conoció sexualmente a la reina y que lo sabía toda la corte. En otras palabras, el escritor se vale de la ironía para señalar hacia donde apunta.

COPLA XL:

De peso

Vi luego […] / los papos de coño de gran nombradía, / las tetas y culo, la gran behetría / de Lárez […] / y los capadoces, cojones muy feos, / corriendo tras ella, y no sé por qué, / pidiendo a su culo batismo y fe, / mas ella responde que son manicheos.
Esta Lárez es muger casada con un casi judío llamado Francisco de Aranda. Es una muger de increíble gordura […]
(‘Papo’, boca, asociación boca-coño; ‘capadoces’, juego con capar).

   La presumible relación entre esta meretriz y la reina puede estribar en que la implicatura obscena de “batismo” en la puta se corresponda con el empeño de la reina en convertir a los judíos o en que se bautizara la mayor cantidad de paganos de su reino, así como en correr la misma suerte que la Lárez por estar casada con un descendiente de judíos, toda vez que el rey Católico procedía de conversos por parte materna (los Enríquez).

COPLA L:

De baja
 
[…] Osorio. Esta conozco yo gran tiempo ha, y por su causa se quitó la seda en España, especialmente en Castilla. Esta ha sido muy galana muger, y de mucha presunción, y estando la corte en Toledo, año de mil CCCCXCVIII, en fiestas, esta Osorio sacó tan ricos atavíos de oro y sedas, que la Reina doña Isabel, preguntando quién era, supo ser ramera cortesana, y con enojo mandó quitar la seda en Castilla. Lo cual así se mantuvo hasta qu´el Rey Felipe entró en Castilla.”

   He aquí una pequeña muestra de verdad y ficción pues se recibió con fiestas a don Manuel de Portugal en Toledo en 1498 y se proclamó en 1499 una ley suntuaria. Aunque no fuera la descocada Osorio la causa de la ley contra el lujo, resulta llamativa la intencionada anfibología en “la Reina doña Isabel […] supo ser ramera cortesana” porque permite el vituperio de la reina. Quizás, bajo ese apellido se esconda Beatriz de Bobadilla y Osorio, hija de Juan Fernández de Bobadilla, montero mayor del rey, que, seducida por este, fue desterrada a Canarias tras haber sido obligada a casarse con Hernán Peraza. Bella y despiadada, con fama de ninfómana y ambiciosa, apareció muerta, ¿envenenada?, una vez vuelta a Medina del Campo.

COPLA LVIII:

De alta
 
[…] Pues travando d´ella los dos, la metieron en casa del Almirante, donde el Obispo d´Osma bive, y metida en una cámara cavallar, […] veinte y cinco ombres de todos estados […] començaron a desbarrigar con ella, hasta que la asolaron por tierra y le hizieron todo el coño lagunajo d’esperma. […]

   Según se dice, la violación de la ramera Mariflores por una mesnada de veinticinco soldados tuvo lugar en la casa de Fadrique Enríquez, el abuelo del rey Católico y padre del bastardo Alonso Enríquez, obispo de Osma; por consiguiente, lo más probable es que haya un propósito denigratorio acerca de la reina por haber situado el autor este hecho en una propiedad de su familia política.

COPLA LXVI:

De fullería
 
 “Como las telas que dan las arañas, / carajos noveles, sabed ser atales: / pelad a los coños ducados, reales / y hazed y fengid amores y sañas. Arrechad rezio con fuerças estrañas / mostrad a las putas mintrosa cautela / pasadle dos mil bueltas su tela […]
(‘Atales’, tales, o sea, vigorosos; ‘estrañas’, excepcionales; ‘cautela’, treta; ‘tela’, himen).

   El  deliberado doble sentido que cabe entender en “pelad a los coños ducados, reales”, ¿robar el dinero a las putas o a la reina?, además de las notables connotaciones sexuales de la palabra “duque”, oscurecen la advertencia del protagonista a los jóvenes pero, en todo caso, es suficiente el indicio que implica a la reina y, quizás, a sus hijas.

COPLA LXXII:

De remon…ja

 “[…] Beatrizica bien ha sus XXXI años […] Bive en Salamanca, y hasta oy no se halla estudiante aver venido allí que no la aya cavalgado. Nunca licenciado ni dotor allí se hizo a quien ella no examinase primero si era ábile, y si le halla tal, dale su voto.”

   Es posible que esta tusona remita a Beatriz Galindo, la Latina, famosa humanista preceptora de la reina, que procedía de una familia hidalga venida a menos y fue destinada a ser monja. En 1486 fue llamada por la reina a la corte y, cuando se casó en 1491, los reyes la dotaron con quinientos mil maravedíes. Salmantina y latiniparla, relacionada con toda suerte de religiosos y estudiosos, tal vez estuvo en el punto de mira del escritor con el fin de afrentar a la reina por la vinculación y proximidad habida entre ambas mujeres.

COPLA LXXVIII:

De picos pardos

[…] Era beata, y fue costurera, / y no son los oficios estos en que medra, / sino los míos, aunque tengo piedra / que a coxas y sanas vo delantera.”
(‘Piedra’, alusión a las dificultades para mantener relaciones sexuales).

   A tenor de los dos atributos aplicados a la “gran puta vieja”, en el caso de que se refirieran a la reina, ambos adjetivos también le cuadrarían y, simultáneamente, el autor consigue poner de manifiesto el enriquecimiento que depara la prostitución a las arcas reales. 

A buscar el trébol

   Pues bien, en mi opinión la "Carajicomedia" se hace eco de lo pensado por numerosos súbditos de Isabel la Católica respecto del lavado de las conciencias, del poder del dinero, de la limpieza de sangre, de la ley del más fuerte, etc., asuntos todos ellos coercitivos en la época. En consonancia, el autor se regodea en zaherir a la reina castellana, dirigiendo sus pullas contra la hipocresía reinante y contra las ganancias que obtienen la corona y sus favoritos.

 Delicias

   Del establecimiento de analogías entre las prostitutas y la reina Isabel la Católica, se deduce que, independientemente de la posición que se ocupe en la sociedad, las personas se mueven por interés, que el vivir es una transacción continua, y que todo tiene un precio. Así pues, del presente cotejo se infiere, mutatis mutandis, que tanto vale la supuesta moralidad de la reina como la de las rameras, ya que todas acallan las conciencias si de beneficios se trata.

El jardín de las delicias. El Bosco

   Comoquiera que las personas institucionalizadas pierden crédito si se difunden imágenes de ellas en actitudes semejantes a los demás, hoy como ayer son escasos los escritos que se apartan de la imagen ideal y unánime sobre la monarquía, contribuyendo los medios con su falta de contraste a la reproducción de arquetipos. Por tanto, no se han de ver con mojigato papanatismo unas coplas que apenas entreabren el velo para contemplar el devenir de la sociedad española en pleno arranque de la edad moderna. Es más, el conocimiento de lo que aquí se difunde debería de servir de estímulo para reflexionar acerca de por qué la realeza española sigue estando tan protegida en la “re publica” como a finales del siglo XV y cómo se tiene el mismo cliché de la monarquía que hace siglos.

 
Virgen de los Reyes Católicos (ambos en los laterales)

 

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